miércoles, 18 de julio de 2012

  
UTOPÌA: INFIERNO EN UN SALÓN DE BAILE

CRÓNICA-I PARTE



Corren, se arañan, ¡Dios mío sálvalos!, se arrastran y se empujan para ver la luz de la salida, pero lo único que tienen en frente son las ardientes llamas de fuego; ¡se escapó, el león se escapó, se escaparon los animales! Pánico total. Las miradas perdidas en la fatal oscuridad anuncian la negrura de la noche que se vive, se apagó la luz fosforescente, se fue el trance, y apareció el negro  enlutado del inicio hasta el final, si tan solo…

Suenan las sirenas casi siempre, pero esta vez demasiado intensa y la llamada, esa llamada anunciaba el fatídico hecho, él toma el traje con cintas amarillas, aquel que su padre y abuelo, ya fallecido, habían lucido con honor y con amor, se coloca el casco sobre la cabeza achatada de cabellera negra, las gafas le cubren los carismáticos ojos redondos que en esta ocasión lucen tristes. Listo ya, desciende por el tubo y se acopla, a la primera unidad de emergencia, él esta listo: ¿Adónde vamos? Preguntó en tono acelerado. -A Surco, Utopía se incendia, le responden.

-¿Y ese sobre?,
- nada mamá me llegó una invitación a la fiesta Zoo, responde Verónica Cortez  a su madre, ella es una jovencita educada en una de las más prestigiosas universidades de Lima, mientras abre el sobre negro, sí, negro que era enviado a las personas indicadas, únicas para asistir a la disco exclusiva de Lima: “Utopía”.

 Llenó un formulario tan entusiasmada. Haber Verónica que te piden: ser blanca, tener el cabello rubio, si es pelirrojo mejor; el lugar donde trabajas, el nombre de tu centro de estudios, la marca y el año de tu auto, detallar  todos los clubes a los que perteneces, enumerar las tarjetas de crédito que portas, el distrito donde resides y otros datos de este tipo, para alguien como tú, esto no es problema, serás aceptada. Por fin, después de  haber pagado  los diez dólares por la tarjeta de afiliada y abonado unos 400  que debías dar año con año para hacer preferencial tu ingreso, estas afiliada como socia del conocido CLUB.

¿Y quién no? No podía perderse la fiesta ZOO, aquella  a la que concurría la gente de primera, y sí, ella, Verónica debía ocupar  la pista de baile para ponerle el ritmo al merenguito, sazonarse con la salsa y sí se puede vamos más allá con el trance.  Es un día especial, esta vez sí asistirá  a la tercera fiesta que se organizaba luego de dos meses de inaugurada la famosa discoteca del Jockey Club; con sus delicadas manos toma el celular, para llamar a Úrsula, la amiga que la había acompañado desde su infancia.
-          ¡Listo!, Vero, nos vamos.- le responde Úrsula con vocecita animada.
-          Te espero entonces, llegas a mi casa  y de aquí nos vamos, será la mejor noche, te aseguro que no la olvidaremos.

Sí, claro que no la olvidaran, porque  será ese día en que sus lazos de amistad serán  fortalecidos con la escena más trágica que hayan vivido hasta entonces, aquel momento en que el “amigas hasta la muerte” se puso a prueba; tomadas pero de la mano rebaten una a una los golpes, los arañazos y jalones de cabello, no hay de otra, si quieren  salir vivas, todo vale.

"continuará..."

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